La propuesta se desarrolla respetando 3 criterios de diseño, mimetismo, sustentabilidad, modularidad. Generando 22 viviendas únicas, que se adaptan a su entorno, insertadas dentro de las características topográficas de su emplazamiento, estas viviendas tallan la topografía desapareciendo parcialmente entre las curvas de la Hacienda Jerusalén.
Esto, se refuerza mendiante la implementación de materiales cuya estética y propiedades térmicas generan un camuflaje exterior a cada fachada, y un refugio a sus espacios internos, los cuales han sido diseñados con criterios de modularidad, piezas que se ensamblan en 22 propuestas exclusivas, que comparten lo extraordinario de el minimalismo de su estética, su funcionalidad, eficiencia energética y conexión con el entorno y la naturaleza.
Siendo el concreto y el vidrio los principales elementos constructivos dentro de la propuesta, cuando no existe un muro de contención o estructural, se encuentra una vidriera, por lo que las visuales hacia los jardines y las vistas de la hacienda son un elemento que se repite constantemente.
Esta y todas las propuestas contenidas dentro de este proyecto, se han diseñado pensando en el usuario, en la función y riqueza de los espacios, su eficiencia energética, su relación armónica con el paisaje y la conexión de sus habitantes con el contexto.